11 de junio de 2008
Científicos mexicanos han desarrollado moscas transgénicas con el objeto de profundizar en el estudio del mal de Parkinson y crear una esperanza de vida para las personas que padecen esta enfermedad.
"Hacemos moscas transgénicas con el interés de conocer cómo funciona el sistema nervioso central y las enfermedades neurodegenerativas", explica Enrique Reynaud, investigador del Instituto de Biotecnología de la UNAM.
Este tipo de moscas son creadas al inyectar un gen humano a la mosca de la fruta, y su estudio ha permitido descubrir el comportamiento de las neuronas que causan el Parkinson.
Esto, porque las moscas y los humanos comparten más del 90 por ciento de los genes, aunque éstos se encuentran adaptados a cada especie.
"Físicamente lo que se hace es una construcción genética usando técnicas de ingeniería genética clásica; existe una técnica llamada PCR que nos permite amplificar el DNA", explica Reynaud.
"Luego, con tijeras moleculares que se llaman enzimas de restricción cortamos esos fragmentos y los podemos pegar unos con otros; hacemos corte y confección, y construimos a partir de un gen humano un gen funcional de mosca", agrega.
En recientes estudios se ha descubierto que las moscas tienen memoria, olfatean y escogen a su pareja, por lo que se han convertido en el insecto ideal para realizar investigaciones.
El tiempo de vida promedio de una mosca es de 15 días, sin embargo, los científicos recrean un medio ambiente propicio para que vivan más tiempo.
Se espera que con las investigaciones que se llevan a cabo actualmente en un futuro próximo se logre encontrar un mejor tratamiento para el Parkinson, o incluso un fármaco que lo cure.
"Hacemos moscas transgénicas con el interés de conocer cómo funciona el sistema nervioso central y las enfermedades neurodegenerativas", explica Enrique Reynaud, investigador del Instituto de Biotecnología de la UNAM.
Este tipo de moscas son creadas al inyectar un gen humano a la mosca de la fruta, y su estudio ha permitido descubrir el comportamiento de las neuronas que causan el Parkinson.
Esto, porque las moscas y los humanos comparten más del 90 por ciento de los genes, aunque éstos se encuentran adaptados a cada especie.
"Físicamente lo que se hace es una construcción genética usando técnicas de ingeniería genética clásica; existe una técnica llamada PCR que nos permite amplificar el DNA", explica Reynaud.
"Luego, con tijeras moleculares que se llaman enzimas de restricción cortamos esos fragmentos y los podemos pegar unos con otros; hacemos corte y confección, y construimos a partir de un gen humano un gen funcional de mosca", agrega.
En recientes estudios se ha descubierto que las moscas tienen memoria, olfatean y escogen a su pareja, por lo que se han convertido en el insecto ideal para realizar investigaciones.
El tiempo de vida promedio de una mosca es de 15 días, sin embargo, los científicos recrean un medio ambiente propicio para que vivan más tiempo.
Se espera que con las investigaciones que se llevan a cabo actualmente en un futuro próximo se logre encontrar un mejor tratamiento para el Parkinson, o incluso un fármaco que lo cure.

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